San Pedro Sula,

Honduras

La afición hondureña simplemente le cumplió a la Bicolor.

Ni la lluvia ni el frío pudieron contener la avalancha catracha que desde muy temprano colmó el estadio Olímpico Metropolitano para presenciar el duelo entre Honduras y México.

La mayoría de hondureños atendió los consejos de Tránsito arribando al estadio con más de cinco horas de anticipación. A pesar de ello, fue inevitable el congestionamiento en las vías de acceso, principalmente en la 33 calle y el segundo anillo.

Los aficionados llegaban de todos los puntos cardinales. Unos iban a pie, otros en carro y algunos hasta en bicicleta. Dentro del coloso sampedrano todo era una fiesta.

Durante el ingreso a las instalaciones deportivas no hubo incidentes lamentables. La Policía mantuvo el ambiente bajo control.

En la antesala del encuentro, algunos compatriotas hasta se dieron espacio para bailar y divagarse.

La empresa de telefonía Digicel ofreció un concierto con varias agrupaciones musicales.

No faltaron los rostros pintados y el indiscutible optimismo de los ciudadanos que vaticinaban marcadores favorables a Honduras.

Bajo la lluvia

En varias ocasiones, el temporal que afecta el país desde el lunes puso de correr a los que esperaban en las graderías y silla; sin embargo, a medida que se acercaba la hora cero, la llovizna pasó a segundo plano.

En el Olímpico, el ambiente estuvo encendido. La música de Guillermo Anderson, Polache y la pegajosa punta arrancaron gritos ensordecedores. Los aficionados mexicanos eran raros y contados. Lo que sí abundaron fueron cartelones dedicados al polémico periodista mexicano David Faitelson.