Una pandilla de unos 20 hombres armados con fusiles automáticos asaltó un tren en el oeste de México y se robó la carga, dijeron fiscales este sábado.
La procuraduría del estado de Michoacán informó que la pandilla estacionó un camión en la vía ferroviaria, obligando al tren a detenerse.
Los asaltantes amenazaron al personal operativo del tren y abrieron algunos de los contenedores que transportaba.
La declaración oficial del sábado no especificó cuál fue la carga robada del tren, operado por Kansas City Southern, una subsidiaria de la empresa ferroviaria basada en Estados Unidos.
Pero los ladrones pudieran haber estado buscando recipientes de pseudoefedrina, un precursor químico usado en la producción ilegal de metanfetaminas.
El tren transportaba mercancías importadas que llegaron al puerto de Lázaro Cárdenas, en la costa del Pacífico.
México no produce pseudoefedrina y en el pasado la importó en grandes cantidades. El país ha prohibido todas las importaciones del químico, aunque seguirían llegando embarques ilícitos.
También este sábado, las autoridades en el estado noroccidental de Sinaloa reportaron que al menos cuatro personas perecieron en un tiroteo entre presuntos narcotraficantes en una zona montañosa aislada.
El subprocurador del estado, Ramón Rodrigo Castro, dijo que el enfrentamiento comenzó aparentemente en la Nochebuena y continuó durante un tiempo en la región, uno de los principales bastiones del narcotráfico, conocida como el "Triángulo Dorado", pues abarca los estados de Sinaloa, Durango y Chihuahua.
La policía, a bordo de helicópteros, rescató a dos hombres heridos por el enfrentamiento, en la zona, donde prácticamente no hay carreteras. Pero luego, cuando los lesionados eran trasladados por tierra a un hospital, unos 30 sujetos embozados interceptaron la ambulancia y se llevaron a las víctimas.
Rodrigo Castro consideró posible que se encuentren más cadáveres en la zona.
Además, las autoridades informaron que un juez ordenó que 23 presuntos narcotraficantes y agentes locales permanezcan bajo arresto domiciliario, tras ser detenidos el 23 de diciembre con pistolas, armas y dinero, durante una pelea de gallos en Zihuatanejo, un poblado de la costa del Pacífico, aledaño a un popular balneario.
Los agentes policiales protegían supuestamente a los narcotraficantes.