Se acuerdan de aquel Monstruo amnésico de que les hablé que no podía ganar. Ese mismo. Les cuento que ya recuperó la memoria. Anoche aplastó 3-0 a la Máquina, una noche mágica del atacante Saúl Martínez quien se despachó con un hat trick en un vibrante derbi sampedrano.
Acciones
No era un digno escenario para un clásico de la gran ciudad, que en los últimos torneos son los que han amenizado las fiestas del balompié nacional. En otras palabras, han sido los mejores. Pero también es lógico que dos equipos que vienen de dos salidas infructuosas puedan arrancar la motivación de sus parciales. De ahí que las tribunas del estadio Morazán lucían semivacías. Y qué decir de un Real España, una Máquina programada con el mismo chip de partidos anteriores; correlón, ambicioso y con la imperfección de siempre para fallar los goles.
Una película muchas veces vista, pero con distintos actores. En esta ocasión, Douglas Caetano, el "Pescado" Rodríguez y Melvin Valladares eran los que trataban de madrugar al arquero Juan Obelar, que una y otra vez demostraba el porqué de la confianza que su técnico Manuel Keosseián tiene en él.
España, que dominaba, había fallado tres frente al arco. Marathón la primera que tuvo la clavó y con su arma letal, el contragolpe. Marvin Chávez en veloz carrera rezagó para la entrada de Saúl Martínez, que con el arco a su merced infló las redes para su primer gol de la noche.
Los verdes tomaron más confianza, mientras que los aurinegros lucían desesperados por el gol, pero en el Marathón, en otro contragolpe, reapareció el binomio, Marvin - Saúl. El primero le envió un centro impecable, como impecable fue la recepción del segundo para conquistar su segundo gol con tiro bajo de la cabaña del reaparecido Macías.
Segundo tiempo
Era indudable que el Real España estaba golpeado por esos dos tantos, por lo que para este período realizó dos cambios de entrada. Salió el brasileño Douglas Caetano que dejó mucho que desear en el primer tiempo e ingresó el igualmente brasileño Edmilson Dasilva y el "Pescado" Rodríguez dio paso a Henry Martínez.
El España parecía un monólogo pero los goles seguían siendo del campeón y para no variar Saúl Martínez al minuto 58 lograría el 3-0 para los verdolagas y el tercero en su cuenta personal.
Esta vez fue un regalo del zaguero Marlon Peña a nada menos que Emil Martínez, quien le retribuyó su obsequio enviando un rezago a Saúl, que anotó de cabeza.
Era el acabóse, el tiro de gracia para el Real España, que aún así no se daba por vencido, pero Marathón cada vez se plantaba mejor atrás y también empezaba a darse el lujo de fallar frente al arco de Macías. Tyson Núñez fue uno de ellos, que por andar queriendo hacer jugadas de fantasía frente al arco, dejó escapar el 4-0 verdolaga. El Real España comenzaba a resentir el desgaste físico del primer tiempo y ya las ideas de cómo vulnerar el arco rival, pese a que se encontró con un jugador más por la expulsión de Saúl Martínez. Lo último que le quedaba era intentar de cabeza, porque no había jugadores desequilibrantes como Elkin González y Carlinho para que pudieran hacer la diferencia y tampoco estaba Mario Martínez para intentar empatar de tiro libre. Al final Marathón se salió con la suya, pintando el clásico de verde.